Tamara Minian - Premio del Rector 2020-2021

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Tamara Minian es estudiante en el programa en español de la Maestría Internacional en educación con especialización en Educación Judía. Este año ha sido galardonada con el Premio del Rector - máxima distinción otorgada a los estudiantes por la excelencia en sus estudios. Hemos conversado con ella sobre este logro, su historia personal, su rol como docente, y sobre la identidad. Aquí un recorte de la entrevista:

 

Nací en Chile, pero a los pocos meses mis padres y yo huimos rumbo a Argentina como refugiados políticos tras el golpe de estado. Muy pronto la historia se repitió en Argentina y esta vez el destino fue Honduras. Finalmente nos instalamos en México. Crecí en los márgenes de la colectividad judía ya que mis padres no se integraron a ninguna comunidad, optando por vivir con los exiliados políticos sudamericanos que radicaban en México. Estudié en una escuela inglesa y luego cursé la carrera en la UNAM, en la facultad de Filosofía y Letras.

 

Yo creo que uno va cincelando su identidad conforme a las experiencias vividas. De ahí que me vislumbro como camaleónica: chilena, hija de argentinos, radicada en México, desvinculada del judaísmo. Con los años me empeño en buscar esa identidad judía relegada y expatriada. Trato de integrarme en un contexto judío mexicano muy complejo. La identidad nunca termina de crearse y no creo que llegue a concluirse en algún momento.

 

¿Cuál es tu relación con la comunidad judía?

A pesar de tener una familia judía mi conexión comienza a los dieciocho años cuando busco integrarme a la comunidad judía mexicana. La comunidad judía mexicana es una comunidad muy insular donde es muy difícil ser aceptado. Es muy endogámica y el hecho de que yo viniera de afuera parecía extraño. Mis padres tuvieron que ir a la Argentina para buscar los papeles familiares que corroboraran que yo era judía; tuve que mostrar mis credenciales. Es después de casarme que realizo una maestría en estudios Judaicos en la Universidad Hebraica de México.

 

¿De dónde surge el interés por los contenidos judaicos?

Yo supongo que viene de la carencia, de lo que me faltó de chica. Yo vivía lejos de mis abuelos, de mis tíos, de mis primos, desprovista de un núcleo familiar. Fue un interés por recuperar la identidad propia. Haberme insertado tan fuertemente dentro de la comunidad judía mexicana fue una búsqueda de raíces y un afán por integrarme a donde decido que pertenezco.

 

¿Por qué has querido realizar una maestría en educación, y principalmente una maestría en educación con especialización en educación judía, en una universidad que queda en la otra parte del mundo, donde has sido premiada por tu excelencia?

Cuando termino mi maestría en la Universidad Hebraica, estaba encandilada con la historia del judaísmo. Por supuesto que lo debo todo a mis extraordinarios docentes. Es entonces que decido integrarme al campo de la educación judía para transmitir a las jóvenes generaciones lo que tanto me apasiona. Ahora soy yo la responsable de ayudara a otros a forjar su propia identidad judía. Pero con una salvedad: tratando de que sea mucho más inclusiva, mucho más amplia y mucho más receptiva hacia el otro.

 

Decidí cursar la maestría del Centro Melton dado que está enfocada en educación (que es el campo donde estoy inserta) pero sobre todo porque es “LA” maestría: estudiar en la Universidad Hebrea de Jerusalén es indudablemente la mejor opción si lo que pretendo es seguir dedicándome a la docencia en estudios judaicos.

 

 ¿Cómo llevarías a ejemplos prácticos esto que mencionas?

Trabajo en una de las comunidades más tradicionalista en México. No pretendo imponer cambios sino abrir y presentar nuevas perspectivas. Por ejemplo, en un momento junto con Gabriel Anmuth, colega y compañero en la maestría, realizamos un encuentro virtual entre sus alumnos en Bahía Blanca (Argentina) y mis alumnos aquí en México. Las características de ambos grupos eran diametralmente opuestas. Trabajamos, sin embargo, la identidad judía tratando de crear vínculos basándonos en el planteamiento de Infeld, quién sostiene que somos un solo pueblo, unido más no uniformado. Si bien fue sólo un encuentro, lo que buscábamos era que los educandos conozcan otras visiones de lo que es ser judío.

 

¿Crees que la maestría te ayuda en este proceso?

La maestría me abrió panoramas, me dio perspectivas, me abrió posibilidades. Cuando quiero generar conocimientos en instancias educativas en México, reproduzco lo que la maestría me ha dado. Todo el tiempo estoy intentando aplicar los contenidos de la maestría. A modo de ejemplo, en el contexto del curso de Renovando la práctica de la educación sobre Israel[1] y con el apoyo de la coordinadora del colegio, pretendo en un futuro llevar a cabo cambios dentro de la institución, en aras de crear un contexto mucho más genuino de la educación sobre Israel sin que por ello la identidad judeo-mexicana se vea mermada.

 

¿Qué se siente haber sido premiada con el Premio del Rector por tu excelencia

académica?

Para mí es un honor, un privilegio, y una sorpresa. Me siento muy agradecida. El haber ganado este premio implica que las acciones que lleve a cabo de ahora en adelante connotan una mayor responsabilidad. Deberé honrar y valorar este reconocimiento.

 

[1] Curso optativo de la maestría dictado por el Dr. Yossi Goldstein