
Después de Auschwitz, tuve la impresión de que, al asumir la dirección de la Escuela Normal Isréalité Oriental, respondía a una vocación histórica. Era mi pequeño secreto... Todavía estoy consciente y orgulloso de ello hoy. (Levinás citado en Malka, 2006, p. 84).
Emmanuel Levinás es un filósofo francés conocido por sus aportaciones al campo de la ética. Al rastrear en sus pocos textos, en las entrevistas que se le realizaron, así como en los diferentes seminarios que dictó, podemos encontrar una filosofía de la educación afín para los retos del siglo XXI. Sus reflexiones sobre la educación tienen un gran valor en el mundo contemporáneo. A continuación, se intentará recuperar algunas de ellas.
Antes de comenzar, vale la pena hacer hincapié en algo poco conocido: Levinás fue director de la École Normale Isréalite Orientale (ENIO), una escuela de capacitación docente en París, por más de 30 años, y docente de Talmud y Filosofía por más de 40 años. Esto es importante, pues las reflexiones que se mostrarán a continuación hablan no sólo desde la teoría, sino también desde la práctica.
El pensamiento filosófico de Levinás se basa principalmente en la ética. Lo que propone el autor es una ética basada en el encuentro con el otro; en donde el otro siempre es diferente. El autor no propone ningún sistema ético, a diferencia de autores como Kant y su imperativo categórico, pues él hace hincapié en la particularidad de cada ser. El sistema carece de sentido en una lógica en donde la diferencia es fundamental.
La idea de Levinás del otro desafía a los docentes a ir más allá de las tendencias etnocéntricas y homogeneizadoras en la educación. Alienta la inclusión de diversas perspectivas y la creación de un entorno de aprendizaje que respete y celebre la diferencia y, por supuesto, la individualidad. Al incluir el pensamiento del autor en el aula, los educadores pueden desarrollar una atmósfera inclusiva, empática y responsable de las necesidades de todos los estudiantes.
Cabe mencionar que, Levinás identifica una crisis en el humanismo en el siglo XX: el humanismo desvaloriza la particularidad de cada ser humano porque los engloba a todos en un mismo concepto: seres humanos. Es a través del encuentro con el otro, donde resaltan las particularidades del otro, pero también en donde se genera una responsabilidad por el prójimo.
Esta concepción del humanismo tiene un claro problema en la educación: el docente llega al salón de clases con una idea de lo que es el ser humano, pero a la hora de encontrarse con el otro (los alumnos e incluso otros docentes), debe concentrar sus esfuerzos en conocer las particularidades de ese ser humano, así como cuáles son aquellas cosas que el otro trae al encuentro con la educación. De acuerdo con Levinás, se necesita una pedagogía de manos vacías (“a pedagogy with empty hands”), una pedagogía que deje a un lado las generalizaciones sobre lo que es el ser humano y se dirija directo a la individualidad de cada uno de los estudiantes.
Ahora bien, al momento de encontrarse con el rostro del otro surge en cada cual una responsabilidad infinita. En un contexto educativo, este encuentro puede verse como el momento de reconocimiento y compromiso entre maestro y estudiante, o entre estudiantes. Esto es una sugerencia para una educación personal y relacional, que enfatiza la dignidad y la individualidad de cada estudiante. Este enfoque aboga por una pedagogía más humana; más centrada en el desarrollo ético de los alumnos.
A su vez, el énfasis de Levinás en lo infinito y lo desconocido sugiere que la educación debe ser abierta y exploratoria. En lugar de buscar enseñar un conocimiento finito, los educadores deberían enfocarse en fomentar el pensamiento crítico, la curiosidad y la disposición a involucrarse con lo que no conocen (tanto docentes como alumnos). Este enfoque se alinea con las teorías educativas contemporáneas que valoran el aprendizaje basado en la indagación.
Sumado a lo anterior, Levinás reflexiona sobre la hospitalidad en la educación, partiendo de la importancia que tiene este valor en la Biblia, en específico de Abraham de donde aprendemos ajnasat orjim en Génesis 18:1-18. Para Levinás, la hospitalidad en la educación se presenta cuando la pedagogía se vuelve ética. Cuando el aula se convierte en un espacio para el encuentro con el otro, en donde alumnos y maestros están dispuestos a recibir del otro. Esa recepción del otro es lo que permite que todos los miembros de la comunidad de aprendizaje aporten a la construcción del conocimiento. Recibir al otro es también escuchar lo que tiene que decir.
Desde esta perspectiva, todos aprenden de todos, porque todos reciben algo del otro a la hora del encuentro. El aula se convierte en el espacio en donde se genera ese flujo de conocimiento. El encuentro con el otro se presenta en el momento en donde cada cual identifica su papel fundamental en la comunidad de aprendizaje.
Son muchas más las reflexiones que se pueden obtener de Levinás para su aplicación en la educación, sin embargo, es un hecho que es un autor poco explorado por la pedagogía y que vale la pena considerarlo para los grandes retos de estos tiempos. Levinás inspira para desarrollar un enfoque más ético de la educación, pues enfatiza en la responsabilidad ética, la importancia del encuentro con el Otro, la celebración de la diversidad y el valor intrínseco de la educación.
Ivonne es estudiante de la Maestría en Educación del Centro Melton, y trabaja como docente en el Colegio Olami ORT de México.
Bibliografía
Chinnery, A. (2010). Encountering the philosopher as teacher: The pedagogical postures of Emmanuel Levinás. Teaching and Teacher Education 26(8), 1704–1709.
Levinás, E. (1991). Ética e infinito. A. Machado Libros S.A.
Malka, S. (2006). Emmanuel Levinás: His life and legacy. Pittsburgh: Duquesne University Press.