Pluralismo en las Escuelas Judías: Una comparación entre Brasil e Israel

andre_1

Trabajar en la educación judía pluralista en dos contextos distintos –Brasil e Israel– ha sido tanto enriquecedor como revelador. En Brasil, pasé seis años en la Escuela Renascença, una institución centenaria en São Paulo, donde fui testigo de una evolución gradual en la comprensión y práctica del pluralismo. Ahora, en Israel, me encuentro en Keshet Shoham, que forma parte de la red Meitarim de escuelas y comunidades fundadas con un claro ideal pluralista. Estas experiencias han destacado similitudes y diferencias que reflejan los aspectos únicos de cada sociedad y el desarrollo histórico del pluralismo educativo judío en estos contextos.

 

En Brasil, las escuelas judías no tenían inicialmente una intención clara de ser pluralistas. Con los años, el concepto ha madurado, reflejando la diversidad de prácticas e identidades dentro de la comunidad judía. En Israel, por otro lado, las escuelas pluralistas se fundaron con un objetivo definido: crear un espacio donde judíos de diversas prácticas pudieran coexistir y entenderse entre sí.

 

Una diferencia principal radica en la motivación para el pluralismo. En Brasil, a menudo surge de una necesidad práctica. Con comunidades más pequeñas, es difícil mantener múltiples escuelas que puedan servir eficazmente a diferentes antecedentes judíos. El pluralismo permite que las escuelas atiendan a una gama más amplia de familias y ayuda a combatir la amenaza de la asimilación, un desafío constante para las comunidades fuera de Israel.

 

En Israel, sin embargo, la motivación para el pluralismo es principalmente ideológica. La sociedad israelí está profundamente dividida en muchas áreas de la vida pública, incluido el sistema educativo, que comprende corrientes seculares y religiosas. Las escuelas pluralistas surgen así como un esfuerzo para abordar esta división, proporcionando un espacio donde los niños de diversos antecedentes puedan aprender a coexistir desde una edad temprana.

 

En Brasil, muchas familias judías seculares mantienen algún nivel de práctica religiosa, aunque no ortodoxa, lo que significa que las escuelas judías pluralistas tienden a buscar un espacio de coexistencia y diálogo entre orientaciones liberales y ortodoxas. En Israel, los judíos seculares tienden a tener una relación más distante con las prácticas religiosas, mientras que los judíos religiosos son predominantemente ortodoxos. Por lo tanto, el pluralismo escolar aquí enfatiza la interacción entre el judaísmo secular y ortodoxo, fomentando una coexistencia que rara vez ocurriría en otros contextos.

 

Otra diferencia clave es la estructura de apoyo para la educación pluralista. En Israel, la red Meitarim proporciona un sistema consolidado de materiales de enseñanza, capacitación y apoyo para las escuelas pluralistas, reforzando el enfoque educativo y manteniéndolo relativamente estandarizado. En Brasil, este apoyo formal es prácticamente inexistente. La implementación de la educación pluralista depende en gran medida del trabajo individual de los profesores y la administración escolar, sin una estructura estandarizada. Material de apoyo en portugués enfocado en el pluralismo judío sería sin duda una contribución valiosa a la educación judía en Brasil.

 

Una diferencia importante entre los dos contextos es cómo las escuelas estructuran su plan de estudios. En Brasil, el plan de estudios es unificado, y los estudiantes rara vez se dividen por orientación judía. Algunas escuelas ofrecen actividades extracurriculares para profundizar en la Tradición Judía, pero el plan de estudios principal es colectivo. En Israel, sin embargo, hay modelos que permiten cierta división según la orientación familiar. En Keshet Shoham, por ejemplo, hay momentos en que los estudiantes de familias observantes pueden tomar clases de halajá, mientras que otros estudian aspectos culturales del judaísmo.

 

Una similitud notable entre los dos contextos es la preocupación que algunos padres tienen sobre la influencia de identidades alternativas en sus hijos. Tanto en Brasil como en Israel, las familias religiosas a menudo temen que la interacción con compañeros seculares reduzca el interés de sus hijos en las tradiciones judías. Por otro lado, las familias seculares se preocupan de que la presencia de educadores ortodoxos o compañeros observantes pueda inducir a sus hijos a adoptar una religiosidad que no forma parte de su vida diaria. Esta tensión requiere que las escuelas pluralistas establezcan una comunicación clara y transparencia respecto al plan de estudios judío, asegurando que las familias se sientan involucradas y confiadas en que sus valores e identidad serán respetados.

 

Un elemento común observado en ambos contextos es la conexión sionista que impregna las escuelas pluralistas. Tanto en Brasil como en Israel, el amor y la conexión con el Estado de Israel representan una identidad compartida que une a los niños y sus familias, independientemente de las diferencias religiosas. La conexión con Israel ofrece un sentido de pertenencia que fortalece a las escuelas como espacios de encuentro.

 

Pensando en momentos significativos que ilustran la importancia de la educación judía pluralista en cada contexto, me vienen a la mente experiencias de Shabat en ambos casos.

 

En Renascença, en 2014, inspirados por el “Proyecto Shabat”, organizamos un Kabalat Shabat para incluir a familias liberales y ortodoxas. Sin dispositivos electrónicos, una separación modesta entre hombres y mujeres y una cena kosher, el evento reunió a más de 700 personas en un encuentro de respeto y comunidad compartidos. En Israel, en Keshet Shoham, organizamos una cena de shabat exclusivamente para niños de quinto grado, el resultado de un largo proceso de reflexión y planificación colaborativa con las familias.

 

Estas experiencias revelan que los shabatot compartidos ofrecen una medida significativa del éxito de la educación pluralista, desafiándonos a crear una experiencia que sea significativa e inclusiva para todos.

 

Reflexionando sobre este viaje, veo que el pluralismo en las escuelas judías es un ideal poderoso, que se adapta a las necesidades y realidades de cada país. En Brasil, el pluralismo es una forma de asegurar la continuidad de la identidad judía en comunidades pequeñas; en Israel, es un intento de unir una sociedad fragmentada. En ambos casos, es una invitación al diálogo y a la construcción de una identidad judía rica en diversidad y respeto mutuo.