Mi trayectoria como coordinador ha llegado a su fin

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Y bien… se terminó. Tres años de interacción diaria con cientos de estudiantes y exalumnos han llegado a su fin. Cuando pensé en qué decir en mi despedida, me prometí intentar evitar los clichés. Sin embargo, ahora que me siento a escribir esto, es difícil no utilizar uno o dos porque, como se dice, siempre son ciertos.

Así que, sí. Citando a quien se convertiría en el primer rey de Israel, “vine a buscar burros y encontré un reino”. Fui a una entrevista de trabajo hace tres años porque estaba cansado de trabajar como barista y porque quería un trabajo de oficina. O eso pensaba. Después de una breve conversación con el Dr. Dorfsman, me lancé de lleno al trabajo de coordinador.

Poco a poco conocí un mundo maravilloso donde educadores trabajan día y noche para aprender, investigar y profundizar sus conocimientos, y crecer como educadores judíos más capacitados. Tuve el privilegio de conocer a un extraordinario equipo de profesores: docentes increíbles y únicos que siempre tuvieron en mira el éxito de sus estudiantes. De la Filosofía Judía a la Educación de Israel en las diásporas, de Levinas a Amos Oz, en el momento menos esperado, me topé con la alegría renovada del aprender de mis estudiantes y me sumergí en un mundo que sentí que no me había elegido, sino que fue elegido por mí. También fui bendecido con un equipo de trabajo increíble. Realmente asombroso. Aprendí de ellos qué es el verdadero compromiso y cómo soñar en grande, y luego hacerlo realidad. Aprendí que a veces una sonrisa sincera (o un emoji de WhatsApp) puede arreglar casi todo. Aprendí sobre marketing, sobre sistemas en línea exitosos, memoricé los diferentes husos horarios del mundo (recomiendo a quien esté leyendo intentar organizar una reunión con un estudiante de Australia y otro de Los Ángeles) y, lo más importante, aprendí a creer. Creer en mí mismo, en el equipo y en los estudiantes.

¿Qué significa ser coordinador en los programas internacionales? Todavía estoy tratando de descubrir y comprender la respuesta a esta pregunta. Sin coronarme a mí (ni a Ariel) con laureles, el rol del coordinador es sin duda el más importante del programa. Nuestra conexión, apoyo y disponibilidad para los estudiantes han sido pilares de estabilidad para quienes estudian de forma remota, en línea, en un entorno que, a veces, puede hacer que el programa parezca distante e inalcanzable. Allí, el coordinador extiende una mano amiga, abre una ventana de luz y conecta a estudiantes de todo el mundo en una comunidad viva que respira y que tiene como objetivo crecer y florecer como educadores judíos, especialmente en estos tiempos; especialmente ahora.

Los estudiantes. Sin duda, la parte más dura de mi partida. La conexión diaria que tan a menudo se extendía más allá de lo académico. Tuve el privilegio de conocer familias enteras, comunidades increíbles desde las cuales los estudiantes del programa me abrieron una ventana a sus mundos. Me sentí contenido y querido desde todos los rincones del mundo. Desde mi primer día en el programa y, en particular, durante mi servicio de reserva militar en la guerra, sentí el amor y el apoyo en todo mi ser. Sin embargo, no es del todo triste porque no me voy del todo (¿alguna vez uno realmente puede irse?).

Ciertamente, puede que ya no sea más el coordinador del programa de inglés, pero a partir de ahora, me convierto en el coordinador de la red de antiguos estudiantes del programa, un proyecto que me hace mucha ilusión, y que está en sus primeras etapas. Un proyecto en el que me encantaría verlos a mis estudiantes, una vez graduados, continuando su proceso conmigo para darle forma al mundo de la educación judía de la mejor manera posible.

Concluiré estas palabras con un agradecimiento: gracias, estudiantes, por darme un significado real; es invaluable. Gracias a la Escuela de Educación y al Centro Melton por estos maravillosos años, espero con ansias el futuro. Gracias a mi equipo, aprendí de todos y cada uno de ustedes. Un agradecimiento final a Ariel y Marcelo. Gracias por lo que han sido para mí, es difícil para mí expresar con palabras lo grande de mi aprecio por ustedes que continúan difundiendo luz en el mundo.

 

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Desde el equipo le deseamos mucho éxito a Netanel en su nuevo rol como coordinador de graduados y graduadas del programa de MA en Educación Judía. Estamos muy orgullosos por la gran labor que llevó a cabo en estos tres años como coordinador. Lo despedimos con alegría y le damos la bienvenida a Rebeka Salame, deseándole lo mejor.