Formación judía a través del juego

rebeka_anbinder

 

Jugar es natural; todos los niños juegan. Los adultos y los animales juegan. Jugar es una cuestión seria, es uno de los principios de la Declaración Universal de los Derechos del Niño que establece que “el niño debe disfrutar plenamente de los juegos y actividades que deben tener como objetivo la educación; la sociedad y los poderes públicos se esforzarán por promover el ejercicio de este derecho”.

La Ley Brasileña de Directrices y Bases de la Educación (LDB), según la legislación de 1996, la cual rige la educación escolar en Brasil, garantiza que los niños deben tener acceso a espacios y materiales, especificando la disponibilidad de juguetes. Personalmente, desconozco las halajot específicas del juego, pero en una investigación de Sefaria, una hoja de estudio del rabino Akiva Levy comparte el siguiente texto:

Rabino Israel Pinchos Bodner:

Los niños muy pequeños y los bebés (aquellos que no tienen edad suficiente para aprender shabat) pueden jugar con todos los juguetes y juegos, incluso aquellos cuyo uso viola una prohibición. Aunque los padres no deben darle estos juguetes al niño, si el niño se los lleva, puede jugar con ellos y los padres no están obligados a restringirlos.

Mi lectura de esto es que la ley judía reconoce la naturalidad del juego y respeta los procesos de aprendizaje y los intereses de cada niño. Al fin y al cabo, jugar también es judío, aunque se discuta poco. Muchas discusiones talmúdicas derivan del juego de palabras que nos proporciona la Torá, del juego de encontrar palabras ocultas y asociadas a lo largo del texto bíblico.

Se me ocurre una nueva idea: podríamos jugar con la idea de que por eso en Pirkei Avot, Yehudá ben Temá, solía decir que a los cinco años se enseña la Torá. Especialistas en juego, los niños son capaces de relacionarse con el Pentateuco sin los obstáculos naturales del mundo adulto y su interés por el judaísmo se vuelve afectivo y probablemente duradero.

Pesaj es también otro excelente ejemplo de cómo nuestros sabios ya reconocían la importancia de jugar. Como la Torá establece que debemos contar la salida de Egipto, cuando nuestros hijos nos preguntaron (Éxodo 13:3-14), los sabios crearon juegos de preguntas y respuestas (Ma Nishtaná) para que se cumpliera esta orden.

Hay muchas formas de jugar, pero los juguetes son un importante facilitador del juego. Según Neves la historia del juguete va de la mano del desarrollo de la humanidad. Según el autor, fue después del sedentarismo que algunos objetos comenzaron a utilizarse para jugar, hace 11 mil años. Kishimoto (2008) dice que el juguete “es un material estimulante para hacer fluir la imaginación de los niños”. Es a través de los juguetes que los niños comienzan a actuar como sujetos pensantes, como es a través de su imaginación que atribuyen significado o significados a los objetos, de ahí la gran importancia de los juguetes para el desarrollo del ser humano.

Según Benjamin (2002), muchos de los juguetes más antiguos eran, en cierto modo, presentados a los niños como objetos rituales y sólo más tarde, debido a la fuerza de su imaginación, se transformaban en juguetes. De hecho, según mi experiencia, las festividades judías más recordadas por los niños involucran juguetes: las máscaras de purim, el afikomán de pésaj y el sevivón de janucá. Con todo esto pienso en lo importante que es que nos detengamos a discutir, pensar y quizás crear, juguetes judíos que se introduzcan en la vida diaria de los niños.

Es en el juego donde se viven los conflictos humanos, los dilemas, las elecciones, las decisiones aparentemente pertinentes para los adultos, por eso el juego ofrece a los niños la posibilidad de experimentar un papel que aún no les corresponde, de experimentar, con la posibilidad de cometer errores. Por tanto, la presencia del judaísmo y de los juguetes judíos en estos momentos me parece de gran importancia.

Benjamin (2002) añade que “jugar con un juguete es, para el niño, la experiencia que le da cobijo, las sensaciones de pérdida y reencuentro, el autocontrol y la posibilidad de encontrar a los demás”. Conscientes de esta concepción, podemos preguntarnos si este refugio, este objeto de consuelo, es judío, estaremos consolidando una buena base para una sólida educación judía.

En portugués, la palabra “juego” proviene del latín “vinculum”, que también significa vínculo, por lo que no hay nada más natural que utilizar el juego para construir vínculos con el judaísmo y la formación judía.

Luego de sustentar la seriedad del tema, comparto mi desafío personal de poder discutir con seriedad y profundidad la educación infantil judía, viéndome constantemente en la necesidad de traducir estudios para y sobre el universo juvenil y adulto, al lenguaje infantil.

La dificultad para encontrar espacios académicos para el diálogo sobre la educación infantil judía me recuerda el libro de Paulo Freire, titulado “Maestra sí, tía no. Cartas a quienes se atreven a enseñar”. El autor, a lo largo del libro, provocará al lector a pensar en la responsabilidad profesional del pedagogo, de la que forma parte la exigencia política de su formación permanente, a diferencia de la “tía”, que como figura familiar no asume responsabilidades técnicas y en general transmite su tradición familiar (Freire, 1997).

El desafío no sólo existe en el campo teórico, sino que también está presente en la falta de recursos y materiales. En Brasil, por ejemplo, no tenemos fácil acceso a los juguetes judíos, lo que depende de las importaciones y de altos aranceles aduaneros, además de que son juguetes que no siempre reflejan las características culturales de la comunidad judía brasileña. Mi deseo radica en la posibilidad de ampliar y profundizar los estudios sobre la educación infantil judía, que conduzcan a nuevas interacciones y la posibilidad de que los niños abracen el judaísmo de la manera más natural y seria: a través del juego.


 

 

Referencias bibliográficas:

Benjamin, Walter. Reflexões sobre a criança, o brinquedo e a educação.

Brasil. Lei n. 9.394, de 20 de dezembro de 1996.

Freire, Paulo. Professora sim, tia não. Cartas a quem ousa educar.

Kishimoto, Tizuko Morchida (Org). Jogo, brinquedo, brincadeira e a educação.

Levy, Akiva. Kids Playroom. 2016.

Neves, Elisabete Gaia das. A brincadeira e o desenvolvimento cognitivo na educação infantil.

ONU. Declaração Universal dos Direitos da Criança. 1959.

 

 

Rebeka es graduada de la Maestría Internacional en Educación con especialización en Educación Judía del Centro Melton.

En la Maestría Melton los estudiantes tienen el curso Educación no formal y creativa: usos del lenguaje visual, donde se capacitan en estrategias pedagógicas no formales como el juego y el lenguaje visual.