
Bienvenidos a nuestra sección "Conoce a nuestro cuerpo docente".
A lo largo de los próximos meses, entrevistaremos a nuestros profesores, que constituyen el centro neurálgico del trabajo que se realiza en el Centro Melton, en general, y en el Programa Internacional de Maestría, en particular.
Nos complace inaugurar esta sección con el Dr. Michael Gillis, Director del Centro Melton para la Educación Judía. Dr. Gillis es un educador judío muy respetado que ha desempeñado un rol central en la definición de los valores y la visión educativa del Centro Melton. Dr. Gillis creció en Inglaterra, donde se formó como docente luego de graduarse en Literatura Inglesa en la Universidad de Oxford. Después de ejercer durante un breve período como profesor de inglés en una escuela estatal de Londres, su carrera se orientó hacia la educación judía.
Datos básicos:
- Nació y se formó en Inglaterra.
- Participó de la primera cohorte del “Jerusalem Fellows Program”, del Centro Mandel, en 1982.
- Antes de hacer aliá, trabajó como Coordinador del Programa de Estudios del colegio Mount Scopus de Melbourn, Australia.
- Obtuvo su Doctorado en la Universidad de Monash, Australia, por su tesis titulada "Hermenéutica y educación judía: el caso de la literatura rabínica".
- Áreas de especialización como educador e investigador: Filosofía de la Educación Judía, el pensamiento educativo de Emmanuel Levinas, la Enseñanza de la Literatura Rabínica y la Pedagogía de la Educación Religiosa.
Oriundo del noreste de Inglaterra, el Dr. Gillis es fanático del club de fútbol Sunderland y un entusiasta del cricket. Su trabajo en Inglaterra, Australia e Israel le ha brindado una perspectiva amplia de la educación judía que incide en su visión sobre el rol que el Centro Melton para la Educación Judía desempeña en el desarrollo de vínculos entre educadores judíos de todo el mundo.
Aquí la entrevista:
P: Por favor, cuéntenos sobre sus inicios.
R: Crecí en el seno de una comunidad judía pequeña en el noreste de Inglaterra. En nuestra familia, la educación judía y el estudio eran valores centrales. Yo crecí con la convicción de que uno debe alcanzar un entendimiento profundo de lo que significa ser judío, lo que implica alcanzar un alto nivel de educación. Mis padres participaron en la fundación de la escuela primaria de la comunidad, que más tarde jugaría un rol importante en mi decisión de involucrarme en la educación judía. Luego de estudiar Literatura Inglesa en la Universidad de Oxford, decidí hacer carrera docente en el sistema estatal, si bien mi plan era abocarme a la educación judía. Me parecía importante, en primer lugar, adquirir experiencia en el sistema educativo general.
P: ¿Qué pasó entonces?
R: En 1982, fui aceptado por el Jerusalem Fellows, un programa de liderazgo en educación judía. Tenía 25 años, creo que era el más joven del grupo. El resto tenía mucha más experiencia. El Director del programa era el Prof. Seymour Fox; actualmente nuestra Escuela de Educación lleva su nombre. El cuerpo docente estaba compuesto por personas muy destacadas, como el Prof. Mike Rosenak, el Prof. Walter Ackerman y el Prof. Mordechai Nisan. Ellos, al igual que mis colegas en ese programa, me abrieron la puerta al gran mundo de la educación judía. Los graduados debían regresar a sus comunidades de origen; después de un año y medio en Inglaterra, me ofrecieron un puesto en el Colegio Mount Scopus de Melbourne, Australia, la escuela judía más grande del mundo. Fue toda una aventura para nuestra joven familia. Yo formaba parte de la dirección de la escuela y tenía un papel de liderazgo en el desarrollo del programa curricular de Estudios Judaicos. El Centro Melton desempeñó un papel clave en forjar el vínculo entre la escuela y yo.
P: ¿De qué manera ese recorrido lo trajo hasta el Centro Melton?
R: Estábamos en Australia planeando hacer Aliah, y recibí un llamado de Alan Hoffman, que en ese momento estaba concluyendo su mandato como Director del Centro Melton. Me ofreció el cargo de Director del Senior Educators Program, que se ocupaba de traer a la Universidad Hebrea a educadores judíos de todo el mundo por un año.
¿Tuvo relación con el Programa Revivim de capacitación docente de la Universidad Hebrea mientras hacía su doctorado?
Revivim continúa siendo un programa notable . En el año 2000, la Universidad lanzó el Programa de Excelencia para formar a docentes de escuelas no religiosas y de gestión estatal de Israel en Estudios Judaicos. El programa selecciona a jóvenes destacados, tanto en términos de desempeño académico como de compromiso con la educación, y les brinda la mejor formación académica y profesional posible. El Centro Melton participó en este programa en lo atinente a los aspectos educativos desde sus inicios. En 2002 fui nombrado Coordinador de Educación de Revivim. El cargo representaba un desafío, pero a la vez me resultaba sumamente placentero y gratificante. Hoy día, muchos de esos estudiantes son líderes educativos, y muchos han regresado al programa como miembros del cuerpo docente.
La participación en Revivim le dio nuevos sentidos a la decisión previa de cambiar el nombre "Centro Melton para la Educación Judía en la Diáspora" por simplemente "Centro Melton para la Educación Judía".
P: ¿El cambio de nombre del Centro Melton dio lugar a un cambio en su identidad?
R: Vemos a la educación judía como algo que ocurre tanto en la Diáspora como en Israel, con sus diferencias y similitudes. Más allá de eso, significó alejarse de la idea de Israel como centro neurálgico del mundo judío y, en cambio, pensar en Israel y la Diáspora como socios que configuran una alianza.
Nuestro trabajo en Educación a Distancia es parte de esta concepción. En su momento, el “Senior Educators Program” traía educadores a Jerusalem por un año. Ahora tenemos la tecnología y la experiencia para acercar a la Universidad a educadores de todo el mundo sin que ellos ni sus familias deban alejarse de sus lugares de origen por lapsos prolongados. Nuestro Programa de Maestría a Distancia aún incluye un semestre intensivo que se dicta en forma presencial en Jerusalem. El encuentro directo con el cuerpo docente, la Universidad, Jerusalem y el país son una parte importante de lo que ofrece el programa, aunque hemos tenido que adaptarlo debido a la crisis de COVID-19.
P: Los estudios en línea marcan un salto generacional. ¿Hay diferencias generacionales entre los educadores jóvenes que participan en el programa actualmente y los colegas con los que interactuabas en los años ochenta, en términos del abordaje pedagógico?
R: Una diferencia importante es la actitud respecto del idioma hebreo como una dimensión clave de la educación judía. El Programa Internacional actualmente es dictado en inglés, español y portugués; sin embargo, en la década de 1980, todos los programas, incluidos aquellos destinados a educadores de la diáspora, se impartían en hebreo. Por lo tanto, tener un nivel mínimo de competencia en hebreo era un prerrequisito.
En ese entonces, el hebreo era visto como un elemento central de la identidad judía, entendido como el idioma de nuestro pueblo. Tengo mi propia teoría: cuando adquirir el idioma dejó de ser percibido como prioridad, el discurso sobre el vínculo entre la noción de pueblo y la educación en Israel emergió para llenar ese vacío. Si logrará llenar ese vacío es aún una pregunta abierta.
P: Cuéntenos acerca de las asignaturas que enseña.
C: Hay tres áreas principales. Una es el trabajo en lo que llamamos Filosofía de la Educación Judía y Pensamiento Educativo Judío. Dentro de este campo, tengo un interés particular por el pensamiento del filósofo francés Emmanuel Levinas. La segunda área comprende la enseñanza de textos clásicos, especialmente literatura rabínica. La tercera, que he desarrollado más recientemente, es el estudio de otras religiones, específicamente el islam y el cristianismo, en el contexto de la educación judía.
¿Cómo cree que contribuye el conocimiento del cristianismo y del islam a entender la educación judía?
Muchos aspectos del judaísmo se desarrollaron con fuerte influencia del islam y del cristianismo. A veces, esa influencia se dio como resistencia a estas religiones. Durante muchos años, las comunidades judías han existido dentro de civilizaciones que eran o bien cristianas o bien musulmanas. Hoy los jóvenes no pueden comprender completamente su cultura judía ni el mundo contemporáneo sin cierto nivel de conocimiento de estas religiones. El Estado de Israel constituye un Estado soberano judío, que debe vincularse con dichas religiones como minorías. Esto trae aparejados muchos desafíos políticos, culturales y educativos.
P: He observado que hay algunos estudiantes cristianos en el Programa Internacional de Maestría.
R: Hay sectores del mundo cristiano que sienten atracción y admiración por el judaísmo. A veces esto hace que se incorporen al Programa estadounidenses cristianos que se identifican con Israel y el judaísmo. También se inscriben algunos estudiantes del Lejano Oriente, en especial de China y Corea. La incorporación de estudiantes no judíos a un programa de educación judía donde la mayoría de los participantes son educadores judíos en actividad aporta una perspectiva interesante y valiosa. En línea con la Universidad Hebrea en su conjunto, nuestro Centro está abierto a todos.